Dios nunca va a mover lo que tú puedes mover, El solo te dará la fe para hagas las cosa imposible, pero las posibles debes hacerlas tu, de lo contrario no podrás mover ni un monte pequeño, cuanto más una montaña.
La fe no trata con lo que tú mereces o con lo que tú deseas por ti mismo. Sino que obra por el poder y la voluntad de Dios. Cuando Jesús se llego a la higuera en Marcos 11:12 el vio la oportunidad de enseñarle a sus discípulos que el que cree y al que está obrando conforme al deseo de Dios, puede hacer cualquier cosa. Así que le dijo a la higuera: “Nunca jamás coma nadie fruto de ti”.
Y fue allí cuando la fe de Jesús empezó a obrar desde la raíz de la higuera. De igual forma tu problema se empieza a morir desde la raíz no desde las hojas. Porque cuando Dios quiere matar tu problema que esta atormentando tu vida, el lo hace desde la raíz para que nunca más retoñe. Nosotros tenemos que entender que todo reside en la confesión, en declarar la orden de Dios.
Todo lo que tú quieras hacer en esta vida, debes someterlo al designio y voluntad Dios. Por eso es que no podemos movernos como queramos sino que tenemos que tener un propósito profético para que la fe nos respalde.
Quiere decir entonces que Dios va a hacer todo aquello que tú pidas creyendo conforme a su voluntad, y resultado de esto es que te será hecho.
En este mismo pasaje Jesús enseña con respecto a la higuera, que ese ejemplo que el dio fue algo minúsculo y fue el esencial para que los discípulos entendieran la fe. Cuando Jesús no hallo fruto en la higuera demostró que podía matar aquel árbol por el simple hecho de querer cumplir la voluntad del Señor.
Aunque esto pareciera injusto a la mente humana, pero si algo no tiene propósito debe ser removido y la fe funciona para quitar las cosas que no sirvan a los propósitos eternos cuando sea necesario. Y con esto dio a demostrar que cuando oremos podemos decirle al monte o a la circunstancia que se muevan y si creemos lo que estamos pidiendo, entonces lo que creemos será hecho. Esto es tan simple que el ser hecho no es la fe tuya o mía sino Dios por medio de la fe.
La fe es para actuar sobre las cosas que no podemos resolver, pero no olvide que para actuar de esta forma hay que operar con un corazón limpio y puro, indicando que si tenemos algo contra alguno o contra el prójimo debemos resolver primero eso y luego podamos ejercer en fe y Dios podrá ayudarnos.
Las veces que Jesús enseño de orar, de operar en fe y de mover sicomoros, el dijo al final que para todo esto es necesario perdonar si tenéis algo contra alguno para que las oraciones y las peticiones no tengan estorbos. Es cierto que la fe es para mover montañas pero primero debemos mover problemas y circunstancias que podamos estar viviendo con el prójimo.
A Dios no le importa tu problema porque él tiene el poder de desarraigarlo, lo que si le importa es que obedezcas a lo que el habla y dice, ejemplo de ello lo vemos en Gedeón cuando Dios lo llamo y le dijo que era un varón esforzado y valiente, y a pesar que Gedeón era lo contrario a lo que Dios le dijo, el efecto de esas palabras en Gedeón destruyendo el miedo en su vida.
Dios vio en Gedeón un hombre valiente, en Abraham un padre de multitudes y tu como ves tu problema? ¿Cómo algo que no puedes alcanzar con la fe de Dios? o como a panes gigantes lo mismo que vieron los doce espías cuando subieron a visualizar la tierra?
No podemos mirar lo que se ve, sino las cosas que no se ven. En necesario para cada creyente que crea lo que Dios tiene para si porque sin visión el pueblo se descarría.
Por eso lo que tú ves y lo que tú dices es determinante para lo que Dios puede hacer por ti. Ya que lo que visualizas y confiesas es lo que exactamente Dios hará por ti.
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