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miércoles, diciembre 22, 2010

Desarrollando un espiritu profetico (Pastor Javier Segovia---Iglesia Maranatha Ciudad Bolivar)

Amós 3:7 “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”.
 La iglesia necesita un espíritu profético para enfrentar los nuevos tiempos y los nuevos desafíos, puesto que no podemos quedarnos haciendo lo mismo que el mundo hace, ni actuando como este mundo esta actuando, nuestra mente debe ser la mente de Cristo y nuestras actividades tienen que ser acciones proféticas que estén coordinadas por el Espíritu Santo.



Dios tiene un plan profético para bendecirte a ti y a mí, para bendecir a su iglesia, a la ciudad y a todas las familias de la tierra.
 Pero la iglesia no puede estar ni ciega, ni sorda, sino que debe tener un oído profético, abierto y sensible a lo que el Espíritu dice a la iglesia, pues si algo ha anhelado Dios desde los comienzos del hombre es que este tenga oídos para oír, ya que si el hombre no hubiese ignorado el mandamiento de la voz del Señor muchas cosas no estarían en crisis como lo están hoy.


Por eso Jesús vino en obediencia, con un corazón y un oído profético, para hacer la voluntad del Padre.
 El Señor nunca hizo nada sin orar, porque El requería la dirección de su Padre para poder sus obras aquí en la tierra.


La iglesia tiene que entender que nuestro modelo de acción para hacer las obras de Dios no están aquí en el mundo, Por eso no podemos copiar lo que el mundo hace para poder hacer las obras del Señor, lo correcto es orar y oír la voz del Espíritu Santo para saber como quiere Dios que hagamos las cosas.


 Y para eso la iglesia debe humillarse y buscar el rostro del Señor para poder oír la voz de Dios, pues escrito esta que el Señor no hará nada sin que antes lo revele y lo comunique a sus siervos los profetas.



Usted puede pasar la vida inventando un método tras otro, probando con una idea y con otra, para llevar a cabo su propio deseo pero lamentablemente no podrá lograr nada.
 Porque ya Dios trazo un plan para que tu y yo lo ejecutemos.
 Lo que nos queda es pedirle a Dios que nos revele cual es ese plan y cual es la forma como vamos alcanzar las cosas que El nos ha prometido en su palabra.


 Pero para oír el plan de Dios, debemos primero buscar su rostro en oración y con un corazón humilde estar dispuesto a escuchar su dirección y lo que El nos quiere comunicar para tomar el rumbo hacia la meta de la victoria.



De este modo no hagamos nada sin Dios, no seamos altivos creyendo que podremos hacer las cosas sin El, más bien seamos humildes y convirtámonos en siervos porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos.
 Ya que estos son los que están dispuestos a ejecutar su plan y todo lo que Dios, mande con gozo y a tiempo.



Así que prepárate para servir en este año y no te niegues a hacerlo para Dios y sus propósitos eternos, pues de nada nos sirve tener muchas cosas y que nuestra propia vida no este al servicio de Dios.
 Dios quiere una iglesia con espíritu de servicio que sea capaz de captar la voluntad de Dios para declararla y profetizarla.


 Una iglesia que no sea pusilánime y débil sino fuerte, tenaz y militante. Que con el poder de Dios pueda destruir las obras del diablo.



La iglesia y el siervo que tienen espíritu profético, se fortalecen en el desierto, es decir, en oración.
Quizás no estas siendo efectivo con tu labor porque no estas conectado con los que Dios quiere hacer a través de ti y es en el desierto donde somos capacitados y llenos del Espíritu Santo, para enfrentar cada desafío, porque el Señor no quiere que el diablo intervenga de una forma y que la iglesia no sepa que hacer, por eso es necesario que el pueblo de Dios tenga un espíritu de servicio, que sea lleno del Espíritu Santo y con esa llenura pueda ir a todo lugar donde el diablo esta trabajando y con la autoridad del Señor detener por completo su obra.



Tú y yo no podemos profetizar hasta que la palabra de Dios venga a nosotros primero.
 Lucas 3:2 “…vino palabra de Dios a Juan hijo Zacarías, en el desierto”, Dios habla a sus siervos en el desierto, este es el estado de negación, de obediencia y de sujeción que tu le ofreces a Cristo en tu vida, es también la cruz en donde tu renuncias a tu derecho y humanidad para que Dios haga lo que quiera a través de ti.

 “Y el fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados”, en esta escritura vemos que Juan era un siervo que recibió una palabra de parte Dios el cual es el objetivo principal de nuestra evangelización, el arrepentimiento para perdón de pecados.
 Es por esto que la iglesia debe tener visión profética para poder hacer la obra de Dios, nadie puede hacerlo si antes no ha estado en el desierto.


 Sabemos que el desierto no es atractivo pero es necesario. Porque así es el verdadero cristianismo, requiere negación, humillación, obediencia, cruz y muerte. Dios solo da vida a aquellos que primero mueren a su propia voluntad ya que la vida profética es una vida de resurrección.